martes, 29 de octubre de 2019

Inchi Farofe - Francisco Hinojosa

Óliver Valencia va a la escuela General Piripitache y usa más de cien veces al día la palabra inchi: "Inchi sandía tan rica", "Inchi Peter, invítame a comer a tu casa." Hasta que un día tiene que decidir entre dejar de comer los platillos de su abuela y dejar de decirla, y lo mejor para él es elegir lo segundo. Sin embargo, Óliver no se siente satisfecho con esta palabra fuera de su vocabulario, por lo que inventa una nueva, farofe, cuyo significado es equivalente al de inchi. Y como nadie sabe qué quiere decir, puede usarla libremente sin que sus padres o sus profesores lo regañen: "Pásame la farofe salsa de chile", "Farofe Carmelo, suénate los mocos". No obstante, al poco tiempo muchas personas también incluyen farofe en su vocabulario y su uso se extiende internacionalmente. La palabra hasta fue a dar al diccionario, y a Óliver lo entrevistaron especialistas en lengua y fue invitado a muchos programas televisivos alrededor del mundo. Pero Óliver está fastidiado por tanta atención a sus palabras inventadas, y tendrá que hacer algo al respecto para enderezar esta situación.

📚 Autor: Francisco Hinojosa
📚 Editorial: Fondo de Cultura Económica
📚 ISBN: 9786071663177 
📚 Formato: Pasta blanda
📚 Páginas: 72
📚 De venta en: Amazon
Estimados lectores:

El día de hoy les traigo la reseña de un libro ilustrado cortito y bastante divertido, acerca de la magnífica diversidad del lenguaje. En específico, se trata del español mexicanizado y de nuestros peculiares hábitos al hablar.

Muchos de nosotros tuvimos una enseñanza curiosa. No teníamos derecho a insultar, por más que lo escuchemos de nuestros padres, abuelos o maestros. Y es que en el florido lenguaje mexicano, los adultos solemos decir insultos, aunque no con el afán de ofender a alguien, sino como una manera de darle énfasis a alguna cosa o hecho.

Este es el caso de Óliver, cuya palabra favorita y la que más usaba para adornar su lenguaje era "Inchi": "Inchi mochila tan pesada", "Inchi sandía tan rica" "Inchi abuela, qué inchi comida tan rica"

Cuando a la abuela se le paran los pelos de escuchar tanto esa palabra que suena tan parecida a un insulto, todos le piden a Óliver que, por favor, modere su lenguaje. Ahí viene el ingenio de este pequeño, que en vez de eliminar la palabra de su vocabulario, la sustituye por otra palabra inventada: farofe.

Farofe podía significar todo, o podía ser nada. Podía ser un insulto tanto como un halago. Podía ser de sorpresa, o de enojo. Tan curioso era el uso que Óliver le daba, que se vuelve muy popular. Primero entre los compañeros, luego los maestros, hasta extenderse a todo el país, lo que finalmente lo lleva al Diccionario de la Lengua Española y a unas situaciones graciosas debido a la versatilidad de la palabra y su completa inexistencia en otros idiomas.

Realmente es un libro muy entretenido, puesto que las situaciones que pasa Óliver no dejan de ser absurdas al punto de la risa, aunque toca muy bien el tema de como las modificaciones al lenguaje actual, coloquismos e insultos incluidos, llegan hasta la Real Academia de la Lengua Española.

Palabras como "guasap", "amigovio", "Caraanchoa" llegan a nuestro confiable diccionario justamente como llegó "Farofe" en el mundo creado por Francisco Hinojosa: por el uso extendido. Esta situación, aunque cómica e increíble en ocasiones, no deja de mostrarnos que la función de la RAE es muy clara: recoger el vocabulario utilizado por la población de habla española.


Las ilustraciones de Rafael Barajas, como siempre, magistrales y al punto. ¡Su estilo me fascina! Tanto en "¿Me planchas mi elefante, por favor?" como en "Travesuritis aguda", las imágenes fueron algo extraordinario. Este libro no es la excepción, puesto que las expresiones faciales de los personajes tipo historieta complementa perfectamente la narración de Francisco Hinojosa. 


Es una lectura de unos veinte minutitos a lo mucho que invita a la reflexión de la complejidad del lenguaje, y definitivamente sirve para atraer nuevos lectores. La historia en sí es muy graciosa, y muy recomendable para chicos en edad escolar, y para adultos que disfrutan de historias cortas ilustradas.

Les dejo unas ilustraciones más del libro, para que se den una idea y se animen a leerlo:




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