Un fuego eterno - Rebecca Ross (Elementos de Cadence #2)

Este y oeste. Humanos y Espíritus. Los Breccan y los Tamerlaine. La isla de Cadence siempre ha mantenido a sus residentes y a sí misma en un delicado equilibrio. Pero ahora, Bane, el espíritu del Viento del Norte, ha empujado a todos a su paso en un intento de reclamar el dominio sobre los humanos y los espíritus por igual.

En el este, una enfermedad se está propagando entre los árboles frutales, afectando al clan Tamerlaine. Como curandera, Sidra busca desesperadamente un remedio, mientras su marido, Torin, el nuevo líder del clan, intenta obtener respuestas de los espíritus. Pero los humanos nunca tuvieron la intención de caminar mucho tiempo entre los espíritus elementales, y cuanto más profundamente se sumerge en su reino, más perdidos están él y su clan.

En el oeste, a Adaira le resulta difícil adaptarse al salvaje modo de vida de los Breccan. Tanto el clan como los espíritus sufren bajo el mando de Bane, cuyo creciente poder puede sentirse en cada ráfaga de aire. Con la isla cada vez más alejada de su equilibrio, Jack decide tomar su arpa y cruzar la frontera del clan, no solo para reunirse con Adaira, sino para descifrar el siniestro misterio que le otorgaría el conocimiento necesario para vencer a Bane y restaurar la paz de la isla. Pero nadie puede desafiar al Viento del Norte sin pagar un precio por ello, y el sacrificio que esta vez se requiere podría ser el último que Torin y Sidra pueden asumir.

📚 Autor: Rebecca Ross

📚 Editorial: Umbriel

📚 ISBN: 978-8419030313

📚 Formato: Pasta blanda, digital

📚 Páginas: 512

📚 De venta en: Amazon

Por fin les traigo la reseña del segundo libro de la serie de Rebecca Ross, una a la que le tengo mucho cariño.

Siguiendo los eventos de la primera parte de esta bilogía, Jack y Adaira se encuentran separados y en reinos distintos. Hay un riesgo mortal que está avanzando, una maldición a la que difícilmente los humanos pueden hacer frente, no sin ayuda de los espíritus.

Aquí tenemos un poquito más de acción que el libro anterior, pero sigue siendo de esas historias que reconfortan el alma y nos dejan muy bonita sensación y mucho más permanentes que los libros de fantasía rápidos y furiosos.

No tenemos una pasión desenfrenada, pero tenemos un cariño profundo, un amor inquebrantable entre los dos personajes que me llenó el alma y me encantó leer página a página.

Aquí exploramos un poco más de los vecinos de los Tamerlaine, las diferentes culturas, y vemos a Adaira con un choque cultural porque está acostumbrada a la benevolencia de la que ella llamaba SUS tierras.

Tenemos mucha tela de donde cortar, hay muchos eventos que mantienen la trama avanzando y nos deja muy interesados, pero permanece ese ambiente de melancolía en el libro que deja el drama natural de los sucesos, pero precioso.

La habilidad de Rebecca Ross queda palpable en su forma de narrar los hechos, de alguna forma nos volvemos cercanos a los personajes, pero tampoco nos detenemos páginas y páginas en reflexiones y monólogos, lo que hace que también podamos percibir esta historia como una mágica y etérea.

Me encanta la fortaleza de Adaira, pero también que se permite ser vulnerable ante Jack, me fascinó su relación sentimental y ese equipo que hacen para poder romper la maldición y recuperar una normalidad más pacífica que la que tenían incluso antes.

El final CASI me lo arruina, pero afortunadamente terminamos con un excelente sabor de boca esta serie.

¡Recomendada! Solo advierto que no será de esos libros que acabamos en dos días, porque su trama merece tomarnos el tiempo para leer tan bonita historia.

 

¡Hasta pronto!